El nuevo trazado de la 22 y la Av. Alto Valle


Participación en Radio Show Roca FM98.5. Lunes 29 de agosto de 2016.

La ruta 22 recorre más de 700 km entre Bahía Blanca y Zapala. Hasta hace dos o tres décadas era la ruta elegida para la circulación de vehículos particulares, de carga y de transporte público desde Capital Federal y Provincia de Buenos Aires hacia la provincia de Neuquén y las zonas cordilleranas de Río Negro y Chubut.
Actualmente tiene una circulación bastante fluida desde su origen hasta la localidad de Chichinales, a partir de allí empieza a entorpecerse. En su paso por el Alto Valle se ha convertido en un camino vecinal, de tránsito interno en su gran mayoría.
Se suman los vehículos que circulan dentro del valle, tanto particulares como de cargas y de pasajeros, tractores y vehículos propios de la actividad frutícola. Hay muchos más cruces, entradas a pueblos y ciudades y zonas semaforizadas o de baja velocidad. Gente que espera el colectivo en la banquina, personas y hasta familias que circulan en moto, chicos que cruzan para ir a la escuela y animales sueltos.
Esta situación ha hecho que todos los que puedan eviten circular por el tramo del valle de la ruta 22, y utilicen las rutas 152 (Conquista del Desierto) o 143 (Casa de Piedra). Hasta los colectivos de larga distancia que unen Neuquén con Buenos Aires evitan el tramo de la 22 por el valle.
Todo aquel que tiene la posibilidad de evitar el tramo Cipolletti-Chichinales lo hace.


Si queremos que los vehículos de larga distancia y turísticos vuelvan a circular por la ruta 22 debemos ofrecerle una mejor alternativa que las rutas de La Pampa. Y eso no es difícil: hay que hacer la ruta por arriba.
Esta solución consiste en correr el trazado actual de la ruta 22 hacia la barda norte, desde la bajada de Chichinales hasta el tercer puente (próximo a inaugurarse) con la provincia de Neuquén. Para luego conectar con la circunvalación de Neuquén (ya existente) y converger con el actual trazado de la 22 a la altura de Senillosa.
Este nuevo trazado permitiría que vuelva a pasar por el Alto Valle todo el tránsito de larga distancia que hemos perdido en los últimos años.


La actual ruta 22 pasaría a ser una ruta vecinal o una gran avenida para el tránsito intra-valle, se podrán poner semáforos o rotondas en los cruces peligrosos, y se privilegiará la integración norte-sur de Roca (y el resto de las ciudades) para que la ruta ya no sea una barrera física incómoda y peligrosa. A unos pocos kilómetros, una ruta paralela permitirá una circulación rápida y sin obstáculos.


Esta propuesta no es creativa ni novedosa, es lo que se hace en todos los países. Que las rutas pasen por el costado y no por el medio de las ciudades o zonas pobladas.