En la cabeza de cada uno (análisis maquiavélico)

Cristina. Nunca en su vida le había cambiado tanto el panorama diariamente como en estos tiempos. Alguna vez habrá imaginado ser aclamada como Evita y ahora el fantasma del helicóptero no deja de rondarle. Me da la impresión que el margen de maniobra de CFK está acotado por intervenciones de su marido y obediencia a él por parte de sus ministros.

Nestor. Derrotado por sus enemigos imaginarios, la situación de NK está en su punto más bajo desde su aparición pública a nivel nacional. Nunca había sufrido reveses de este tipo, y su comportamiento futuro es imprevisible. No sería descabellado que piense insistir con su autodestrucción, como el regimen alemán en el 45.

Cobos. Empieza a ver cierta la posibilidad de ser Presidente, sabe que no tiene que desestabilizar sino actuar con criterio (cómo hasta ahora). Ante la inoperancia del ejecutivo, Cleto no tiene más que esperar su momento, que si no hay un cambio de rumbo, evidentemente llegará. Obviamente debe estar construyendo poder por celular para cuando lo necesite.

Duhalde. El ajedrecista está empezando a desplegar las piezas, tuvo la virtud de desaparecer y de asimilar la derrota de chiche dignamente. Ahora es el momento de atacar, y lo hará sin descuidar ningún flanco, es el que más entiende del juego de la política.

Carrio. Jamás logra ocupar definitivamente el lugar de jefe de la oposición. Es ese tipo de políticos necesarios en la oposición,ya que abren ojos y desnudan situaciones, pero su estilo de altísima exposición mediática y su excesivo desgste nunca dejan consolidar su figura.

Macri. En el dilema de siempre, nunca sabe cuando es su tiempo político. Todo lo que logró le costó demasiado. El desafío de la gestión de la ciudad puede jugarle a favor o en contra y lamentablemente no depende solo de él. Sabe que para ser presidente deberá pactar casi con Dios y con el Diablo. Aunque en algún momento su estilo cauto y sigiloso quizás empiece a dar sus frutos.

Lavagna. Un as en la manga para quién lo convoque. No tiene peso político propio, pero sí la imagen de que es un tipo que sabe lo que hace. Sabe que es la figurita dificil de los presidenciables y sabrá especular con eso.


El discurso completo de Cobos

"El país nos está mirando. Hay gente en las plazas y en las calles, esperando una respuesta. Una respuesta que no debe traducirse en una victoria o en una derrota. Para que se preserva la institucionalidad, la paz social y el consenso. Obviamente el consenso no está presente. Está el país partido, esta es la verdad. Están todos, nuestros hijos. Están todos preocupados. A mí me han tocado momentos difíciles en la vida. Cuando tenía 23 años se le ocurrió a dos presidentes de facto llevar al país casi a una guerra por el conflicto en el Beagle. Estaba en la universidad y me vi envuelto casi en ese conflicto. Podía haber sido catastrófico para argentina y para Chile. No podía entender por qué estaba ahí. Después sucedieron muchas cosas en mi vida. Eso me marcó a fuego. La historia me hizo gobernar una provincia importante, Mendoza. Hoy debe ser el día más difícil de mi vida, junto con aquellos momentos que viví en la juventud. No sé por qué el destino me pone en esta situación. Obviamente para un hombre de carne y hueso, con sentimientos y emociones como todos ustedes, hace que uno se genere contradicciones. Es así.

No es la situación que se vivió en el 2001, donde la gente pedía que el Gobierno se fuera porque no había cumplido las expectativas. Por eso cuando asumió el Presidente de ese entonces después de una transición traumática, todos comenzamos a recuperar la esperanza y todos apostamos a consolidar el crecimiento, a consolidar el esfuerzo, el sacrificio. Así poco a poco comenzamos a recuperar un gran país, el que tenemos, el que fue fruto del trabajo de muchos inmigrantes, mis abuelos. Mi abuelo cosechaba. Salía con la casilla y demoraba 15 días para volver, porque trabajaba en el campo. Otros, empleados del ferrocarril. Todos supieron construir metas colectivas. Diferentes razas, religiones, son las ventajas que tiene nuestro país, que no tiene ningún otro. Que no haya diferencias raciales y religiosas. Parece que nos cuesta ponernos de acuerdo. Nos cuesta entenderlo. Por eso cuando veíamos que este país crecía, este país se alejaba de cualquier riesgo como el que vivimos en el 2001, un grupo de hombres y mujeres, a lo mejor de distintos partidos, creímos en esto que llamamos la Concertación. A algunos nos costó y mucho, la expulsión de un partido en el cual milité. Pero lo hicimos convencidos que teníamos que aportar entre todos. A sortear las diferencias. Había crisis en los partidos políticos. Habían perdido esa representatividad.

Hay hombres del oficialismo que están pensando distinto. Hay hombres de la oposición que también piensan distinto. Estoy seguro que lo que está esperando la ciudadanía, el campo, el gobierno, la gente, nuestros hijos, todos es de aquí salga una solución consensuada. Una solución en la cual esta excepcionalidad que me da la Constitución tenga que el vicepresidente de la nación tenga que traer la solución que no todos están esperando. Y créanme que está en mí el mejor de los anhelos como para que el gobierno que encabeza la Presidenta de los argentinos sea el mejor de todos, pero ella delegó en el Congreso la solución de este conflicto. Se avanzó bastante en la Cámara de Diputados y se llega hoy aquí para que de alguna manera hayan realizado su aporte, definan quienes representan a las provincias argentinas.

En esta circunstancia y en estos días que hemos vivido, yo puse ahí como ejemplo algunas cosas que se lograron con el consenso, con los acuerdos. Por eso fue la idea mía de convocar a los gobernadores. Así avanzamos en leyes importante que permitieron resolver temas importantes.

Yo se que formo parte de este Gobierno. Que vengo de otro sector, de otro espacio político. Que por ahí me permite disentir de algunas cosas. Esto es pluralidad. Actuar en base a mis convicciones. Por eso he hecho todo lo posible, a veces anticipadamente y con críticas, lo entiendo. Pero sabía que este tema debía llegar lo más consensuado posible. Obviamente no llegó así, da cuenta de ello este resultado.

La ciudadanía no está esperando que desempate el presidente del Senado. Lo que está esperando, a mi humilde entender, es que de acá salga algo consensuado. Y yo sé que está en el ánimo de todos ustedes aportar a este consenso. Ha habido varios proyectos. Y ninguno termina de convencer porque no se ha podido unificar en las comisiones, a pesar de haber recibido a distintos actores. Yo sé que uno tiene una responsabilidad institucional en estos momentos. Sé que tengo que, con mi palabra o con decisión de ustedes, tengo que aportar para fortalecer a un gobierno, para encontrar una solución y dar tranquilidad a todos los argentinos que quieren vivir en paz. Porque sabemos que las cosas están bien. Y que este tema ha generado esta división resulta inexplicable, inentendible, como a muchos argentinos.

Yo les quiero hacer un pedido. Quiero que evalúen la posibilidad de un cuarto intermedio para encontrar una solución que espera la ciudadanía sin mezquindades de ningún sector, porque el país está mirándonos. En el sector del oficialismo ha habido mucha gente que ha pensado distinto. No por ellos tiene que ser un impedimento para entendernos. Los representantes de las provincias están divididos. Yo les pido al bloque del oficialismo que evalúe esta posibilidad. Y a los sectores de la oposición la responsabilidad que hoy nos demanda la historia, las circunstancias. El país nos está pidiendo que nos pongamos de acuerdo. Y quizás necesitamos más tiempo para alcanzar el consenso. Que dé la respuesta que el pueblo argentino está esperando. Se lo pido en nombre de muchos argentinos que, creo, están esperando el mayor acuerdo posible para terminar este conflicto y para mirar hacia adelante.

Yo tengo que acompañar por la institucionalidad, por el riesgo que esto implica. Mi corazón dice otra cosa y no creo que esto sea el motivo para poner en riesgo el país, la gobernabilidad, la paz social. Quiero seguir siendo el vicepresidente de todos los argentinos, el compañero de fórmula hasta 2011 con la actual presidenta de los argentinos. Vuelvo a decir que es uno de los momentos más difíciles de mi vida. No percibo ningún interés. Estoy expresando lo que mis convicciones, sentimientos empujan a la decisión. Yo creo que la presidenta de los argentinos me va a entender. No creo que no sirva una ley que no es solución a este conflicto. La historia me juzgará no sé cómo. Pero espero que esto se entienda. Soy un hombre de familia como todos ustedes, con una responsabilidad en este caso. No puedo acompañar. Y esto no significa que estoy traicionando a nadie. Estoy actuando en forma a mis convicciones. Yo le pido a la presidenta de los argentinos que tiene la oportunidad de enviar un nuevo proyecto que contemple todos lo que se ha dicho, todos los aportes que se han brindado, gente afuera y aquí mismo. Que la historia me juzgue. Pido perdón si me equivoco. Mi voto no es positivo."

Kirchner ya me cae simpático

"El coronel Aureliano Buendía promovió 17 levantamientos armados y los perdió todos."

Cómo no enamorarse de semejante personaje, que lucha por un ideal (liberal) y que las cosas le salen mal, simplemente porque le tienen que salir mal.

Algo similar le está empezando a pasar al cruceño, que evolucionó de caricatura a protagonista de realismo mágico.
Cada acción que promueve se convierte en una derrota más o menos instantánea. Podemos recordar su papelón yendo a defender la plaza con 50 gatos locos o sus intervenciones en actos públicos que indefectiblemente engrosan su imagen negativa y la de su señora.
Pero lo de hoy fue el más grande de los papelones, querer competir mano a mano con todas las de perder.
No sorprende en nada las manifestaciones de hoy.
¿Alguien pensaba que aún con todo el aparato K iba a llevar más gente que los ruralistas?
¿No había métodos más perversos (como los que usan en el congreso) para boicotear la marcha del campo en vez de competir de igual a igual?
¿No podría K haber organizado una marcha del orgullo gay por Palermo? ¿O sacar a desfilar los tanques de sus Fuerzas Armadas? ¿O llenar Libertador de carpas por la aparición con vida de JJL?
No sé, si me pongo 5 minutos a pensar seguro que se me ocurre algún maquiavélico método de embarrarles la cancha y joderles las convocatoria. No sé, prendo fuego los bosques...

Pero no, la versión invierno 08 de K es más romántica, es un antihéroe (como a mi me gustan), se sube al ring contra su enemigo (con las apuestas 1 a 10) de igual a igual, y cómo era de esperar pierde por K.O en el primer round.

Hay solo dos lecturas posibles. La más probable es que K perdió el norte, que realmente se metió en la sala de máquinas a manejar el barco (brillante metáfora campera) y nadie logra convencerlo de lo perdida que está su causa. Como pasó en Alemania hace 63 años.
La segunda lectura lo pone en el pedestal de los grandes estrategas. Sabiéndose derrotado, K se inmola, junto a lo más impresentable de su entorno para asumir el 100% del costo político de la guerra perdida y resguardar la figura de su esposa, que tiene 3 años más de gobierno que pueden ser brillantes si se despega de K, De Vido, Jaime, Moreno, D'Elia, Bonafini, Moyano y otros.

El tiempo dirá cuál de las dos hipótesis es la acertada, y en muy corto plazo.

Ah, la votación de mañana pasó a ser anecdótica.

La solución al conflicto de la carne

De Angeli dijo que el kilo de lomo debería costar $80 ¿Qué opina?

a) Coincido plenamente
b) Es razonable
c) Estoy en contra
d) Es un delirio

Estoy seguro que una abrumadora mayoría de los encuestados optaría por los puntos 3 y 4. Es lo primero que se nos viene a la mente, digamos que cuadruplicar o quintuplicar el precio de algún alimento nos genera un efecto psicológico cercano al pánico.
Imagino a la señora en la carnicería de barrio cuando el carnicero le entrega una pequeña bolsa y le dice “son 120 señora”. Doña Rosa puede infartarse ahí mismo.

Ahora vamos con la segunda parte de la encuesta ¿Cuántas veces compró lomo en los últimos 30 días? (O en lo que va de 2008).
a) 0
b) 1-2
c) 3-6
d) 7 o más

Quizás la segunda encuesta nos ayude a ver con otros ojos la primera.

Yo soy de los que no compró lomo ni siquiera una vez en lo que va del año, y creo que tampoco en el 2007.

El razonamiento del lomo a $80 tiene que ver con la exportación de los cortes de carne, es decir, si los cliente extranjeros están dispuestos a pagar u$s 26 ($80) por un kilo de lomo, los argentinos tendremos que ofrecer al menos esta cifra para que el lomo quede en Argentina, ya que el empresario vendedor de lomos no hace beneficencia y busca su máxima ganancia (regla básica de supervivencia en los negocios y en la vida).
A las personas no consumidoras de lomos, podríamos decir que la situación nos resulta indiferente, al no comer lomo, no nos preocupa su precio.
Vayamos más profundo.
Cuánto más atractivo sea el precio del lomo, más cantidad se producirá. El vendedor de lomos tendrá más vacas, nuevos empresarios se dedicarán a la producción de lomos y nuevas tierras se incorporarán a la ganadería.
Alguno podrá afirmar que como no soy consumidor de lomos, ni tengo pensado ser productor, esta situación tampoco me beneficia.
Sin embargo, las vacas no traen solo lomos (o cortes exportables), también traen cortes que no se exportan, como el costillar.
Cuánto más lomos vendamos al mundo más costillares quedarán en Argentina y no tendremos que ofrecer grandes sumas de dólares por ellos, porque no tendremos consumidores extranjeros que quieran quedarse con nuestro asado.
Al haber mayor cantidad de costillares en Argentina, para la misma demanda, el precio de los mismos bajará.
Y si bien yo no como lomo, ¡a mi me encanta comer asado!. Y que haya mayor cantidad y que baje de precio realmente son buenas noticias.

Río Negro presente en Perfil.com

La edición digital del Diario Perfil de hoy publica algo que podría interpretarse como un contrapunto entre dos congresales de nuestra provincia.

El Cipolleño Arriaga aparentemente habría cambiado su voto a último minuto a cambio de una promesa de bajar las retenciones frutícolas.
Paralelamente, el diario Río Negro, en su edición digital, no menciona la noticia, y está bien, a quienes conocemos superficialmente sus antecedentes no nos sorprende en lo más mínimo sus cambios de vereda.

Por su parte la leyenda viviente Pablo Verani no quiere pasar desapercibido y se pone duro en su posición. Nada garantiza que finalmente "El viejo" no termine cediendo a las presiones K y S.
El hombre que alguna defendió el clientelismo como práctica política y electoral seguramente tendrá explicaciones sobradas para argumentar su voto, sea cual fuere.
Evidentemente a Verani le gusta el protagonismo, y sabe moverse bien en el escenario, a juzgar por los comentarios de los lectores de Perfil, se ha transformado en la esperanza de los productores rurales.




POLITICA | UN VOTO CLAVE MENOS PARA EL KIRCHNERISMO

Verani: "No me van a arriar como vaca pa' la manga"

foto perfil.com

14:41 | El senador rionegrino adelantó que presentará su propio proyecto de retenciones. Las críticas del veterano radical.




POLITICA | Desmentida

Julio Arriaga, el diputado que cambió su voto, dice que no habló con nadie

Julio Arriaga, diputado rionegrino por el Frente para la Victoria.

12:43 | El rionegrino del Frente para la Victoria salió al cruce de las acusaciones por haber cambiado su voto a último momento.

Nuestra lista de buena fé II

Así votaron los nuestros:

A favor de la resolución 125, por Neuquén:
Hugo Nelson Prieto - Concertación
Oscar Emerildo Massei - FPV

A favor de la resolución, por Río Negro:
Hugo Oscar Cuevas - Concertación
Jorge Alberto Cejas - FPV
Julio Esteban Arriaga - FPV
Cipriana Lorena Rossi - FPV

En contra por Neuquén:
Hugo Rodolfo Acuña - MPN
José Ricardo Brillo - MPN
Alicia Marcela Comelli - MPN

En contra por Río Negro:
Juan Carlos Scalesi - Concertación

Los frutos del populismo más berreta

Por Roberto Cachanosky

No es casualidad que la Argentina haya pasado del crecimiento de fines del siglo XIX y principios del silgo XX a esta continua degradación económica.


Casi como si fuera una verdad revelada, el argumento central del Gobierno para justificar las retenciones ha dejado de ser el de producir menos “yuyito” para diversificar la producción agropecuaria. Ahora, aseguran que el aumento de las retenciones será destinado a financiar más programas sociales. Así, redistribuir la riqueza ha pasado a ser el argumento central de los Kirchner. Y para financiar esa redistribución se le aplicaría una mayor carga tributaria a quienes tienen ganancias “extraordinarias”. No sólo el gobierno sostiene esta línea de argumentación, sino que la oposición, para no ser políticamente incorrecta, dice estar de acuerdo con la redistribución de la riqueza.

Como señalaba en otra nota Antonio Margariti, no queda claro si el gobierno quiere redistribuir la riqueza o los ingresos, dado que no son la misma cosa. Dicho en otras palabras, ¿qué quiere el gobierno? Redistribuir el departamento (la riqueza) o el alquiler que cobra el dueño (los ingresos). Pero, como dice Margariti, al gobierno le da lo mismo hablar de riqueza y de ingresos como si éstos fueran sinónimos. Volviendo al tema de la riqueza y los ingresos, por ejemplo, ¿qué harían los Kirchner con su patrimonio para distribuir justamente la riqueza? ¿Entregarían el 40% de sus 18 casas y 4 departamentos o el 40% de los alquileres que le generan esas 22 propiedades?

Ahora bien, dejando de lado el gesto que podrían tener los Kirchner para mostrar su voluntad de liderar y dar el ejemplo en esto de redistribuir la riqueza repartiendo sus propiedades o ingresos que les generan, deseo pasar al tema de fondo. Y el tema de fondo es el principio de la redistribución del ingreso (no de la riqueza). Lo que voy a decir a continuación es políticamente incorrecto, pero como no pretendo ganar votos, no tengo problema en ser políticamente incorrecto. Vayamos al punto.

¿Por qué razón alguien que trabaja, obtiene utilidades basadas en su esfuerzo personal, iniciativa, riesgo y capacidad de innovación tiene que transferirle compulsivamente sus ingresos a otra persona que no generó nada de ese ingreso? No encuentro ninguna justificación moral por la cual el burócrata de turno se arrogue el derecho de confiscar el fruto del trabajo a unas personas para transferírselas a otra sin que esta otra haya hecho nada que justifique el reclamo de vivir a costa de los otros.

En rigor, seamos honestos, este no es un problema de los Kirchner solamente. Ni siquiera es un problema de la dirigencia política en particular. Este es un problema de la sociedad argentina, entendiendo como sociedad argentina a una mayoría significativa de los habitantes que considera que está bien que el Estado les quite el fruto de su trabajo a unos para transferírselo a otros. La redistribución del ingreso generalmente está bien vista y ampliamente aceptada por mucha gente…siempre y cuando no le toquen el bolsillo a ellos. Y no digo esto por el caso particular de los productores agropecuarios porque ellos mismos han dicho públicamente que están dispuestos a ceder parte de sus ingresos para que el Estado los redistribuya. Inclusive los productores ni siquiera luchan por la eliminación de las retenciones sino que se limitan a pedir un techo a las mismas. Lo que digo es que la sociedad argentina (utilizando este término para simplificar palabras) apoya la distribución del ingreso…ajeno. Es común escuchar que cuando el Estado le cobra más impuestos a un determinado sector de la sociedad, inmediatamente éste salta argumentando que les cobren a otros que ganan más o que roban. Un argumento hipócrita para aparecer sensible, pero tacaño al momento de abrir la billetera. Todos son muy solidarios con la plata ajena y, por lo tanto, la dirigencia política en general y los Kirchner en particular no hacen más que reflejar lo que la mayoría de la gente apoya. El que unos mantengan a otros.

El ejemplo más evidente que me viene a la memoria fue el de los 90 cuando los docentes reclamaban un aumento de sueldos. Todos estaban de acuerdo en que ellos merecían ese incremento salarial. Se aprobó entonces la famosa estampilla que había que pegar en el parabrisas que mostraba el impuesto que cada uno había pagado para financiar dicho incremento de salarios. ¿Qué pasó en ese momento? Todos los que tenían autos saltaron como leche hervida porque tenían que poner de su bolsillo el aumento de salarios de los docentes que tan vehementemente reclamaban incluso los dueños de los autos.

Por supuesto que a muchos políticos esta cultura de la dádiva les viene de perillas porque les permite armar una inmensa red de clientelismo políticos y bolsones de corrupción con la plata ajena. La reparten como si fuera propia. Pero el drama de la Argentina es, a mi juicio, el pronunciado acento que siempre se pone en la distribución del ingreso como si este se generara solo, sin necesidad de riesgo, trabajo, esfuerzo, innovación, entre otras. Y como si el que ganara plata fuera un ser perverso al que hay que castigar por su éxito.

Basta con ver el presupuesto de este año para advertir lo desvirtuado que está el Estado. De los $ 161.500 millones del presupuesto nacional, $ 98.720 millones, es decir el 61%, está destinado al rubro Servicios Sociales, incluyendo esto vivienda, jubilaciones y pensiones, educación, trabajo, etc. Casi dos terceras partes del presupuesto se destinan a redistribuir el ingreso, mientras que la seguridad y la defensa de la nación brillan por su ausencia. Es como si el Estado hubiese decidido privatizar la protección de la vida y la propiedad de las personas (seguridad) decidiendo que cada uno se encargue de defenderla, y se hubiese concentrado exclusivamente en repartir los ingresos. De esta forma, el monopolio de la fuerza que le fue delegado para defender la vida, la libertad y la propiedad de las personas, lo utiliza para expoliar a los que producen y redistribuir el fruto de su trabajo. El Estado argentino se ha transformado en una especie de delincuente que sistemáticamente se apropia de los ingresos y patrimonios de la gente bajo el argumento de la solidaridad.

Desde el punto de vista estrictamente económico, la mejor redistribución del ingreso se produce a partir de instituciones confiables que atraen inversiones, crean puestos de trabajo mejor remunerados y, de esta forma, la gente recibe una porción mayor del ingreso nacional gracias al resultado de su trabajo. Por otro lado, no hay mecanismo más eficiente para ejercer la solidaridad que la que surge de las asociaciones civiles que brindan apoyo a diferentes sectores gracias a las donaciones que reciben en forma voluntaria de personas y empresas. Porque son estas las que se encargan de controlar que los dineros que destinan a esas organizaciones sean efectivamente bien asignados y no se pierdan en los pliegues de la burocracia y la corrupción.

En lo estructural, los argentinos tenemos que cambiar esa mentalidad de pensar que, por definición, todo aquél que gana plata es sospechoso de algo y que, además, tiene la “obligación” de mantener a otras personas que no conocen. Esta cultura de la dádiva ha terminado por denigrar el trabajo de la gente y su dignidad. La mayoría se siente con derecho a vivir a costa del trabajo de terceros. Por lo tanto, cada vez son menos los que producen y más lo que quieren vivir sin producir reclamando un derecho que no es tal.

En lo que hace al caso particular de los Kirchner hay dos problemas puntuales: a) en primer lugar se pasaron de vueltas con el gasto público y la carga tributaria llevando al punto del agotamiento fiscal de la población y b) nadie les creyó cuando 90 días después de lanzar las retenciones móviles se acordaron de avisar que eran para financiar planes sociales. Fue tan burda la maniobra que, en este caso, no prendió en la población el discurso sensiblero.

De todas maneras, insisto, mientras los argentinos no cambiemos esta manía de querer vivir a costa del trabajo del otro, considerando como un derecho que otro me mantenga, me pague la casa, los estudios de mis hijos, etc., va a ser cada vez más difícil encontrar a alguien que quiera arriesgar sus capitales y trabajo para que luego los políticos, bastardeando el concepto de solidaridad, se apropien de los ingresos que generan quienes invierten y trabajan.

No es casualidad que Argentina haya pasado del crecimiento de fines del siglo XIX y principios del silgo XX ha esta continua degradación económica. Es que antes, con todos sus defectos, el modelo de país se basaba en el trabajo, en el esfuerzo personal y en la atracción de capitales. A eso venían los inmigrantes. A trabajar duro para construirse un futuro que no conseguían en sus países europeos. Fue la aparición de la cultura de la dádiva que se instaló en nuestro país lo que nos ha llevado a ser una país decadente, y como buenos hipócritas, encima tratamos de explicar nuestra decadencia en conspiraciones internacionales que surgen de las afiebradas mentes de los resentidos que quieren vivir como se vive en los países capitalistas pero usando las reglas del populismo más berreta. © www.economiaparatodos.com.ar



Fuente: Economía Para Todos (www.economiaparatodos.com.ar)
Vínculo directo http://www.economiaparatodos.com.ar/ver_nota.php?nota=2167