a) Coincido plenamente
b) Es razonable
c) Estoy en contra
d) Es un delirio
Estoy seguro que una abrumadora mayoría de los encuestados optaría por los puntos 3 y 4. Es lo primero que se nos viene a la mente, digamos que cuadruplicar o quintuplicar el precio de algún alimento nos genera un efecto psicológico cercano al pánico.
Imagino a la señora en la carnicería de barrio cuando el carnicero le entrega una pequeña bolsa y le dice “son 120 señora”. Doña Rosa puede infartarse ahí mismo.
Ahora vamos con la segunda parte de la encuesta ¿Cuántas veces compró lomo en los últimos 30 días? (O en lo que va de 2008).
a) 0
b) 1-2
c) 3-6
d) 7 o más
Quizás la segunda encuesta nos ayude a ver con otros ojos la primera.
Yo soy de los que no compró lomo ni siquiera una vez en lo que va del año, y creo que tampoco en el 2007.
El razonamiento del lomo a $80 tiene que ver con la exportación de los cortes de carne, es decir, si los cliente extranjeros están dispuestos a pagar u$s 26 ($80) por un kilo de lomo, los argentinos tendremos que ofrecer al menos esta cifra para que el lomo quede en Argentina, ya que el empresario vendedor de lomos no hace beneficencia y busca su máxima ganancia (regla básica de supervivencia en los negocios y en la vida).
A las personas no consumidoras de lomos, podríamos decir que la situación nos resulta indiferente, al no comer lomo, no nos preocupa su precio.
Vayamos más profundo.
Cuánto más atractivo sea el precio del lomo, más cantidad se producirá. El vendedor de lomos tendrá más vacas, nuevos empresarios se dedicarán a la producción de lomos y nuevas tierras se incorporarán a la ganadería.
Alguno podrá afirmar que como no soy consumidor de lomos, ni tengo pensado ser productor, esta situación tampoco me beneficia.
Sin embargo, las vacas no traen solo lomos (o cortes exportables), también traen cortes que no se exportan, como el costillar.
Cuánto más lomos vendamos al mundo más costillares quedarán en Argentina y no tendremos que ofrecer grandes sumas de dólares por ellos, porque no tendremos consumidores extranjeros que quieran quedarse con nuestro asado.
Al haber mayor cantidad de costillares en Argentina, para la misma demanda, el precio de los mismos bajará.
Y si bien yo no como lomo, ¡a mi me encanta comer asado!. Y que haya mayor cantidad y que baje de precio realmente son buenas noticias.
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