"El país nos está mirando. Hay gente en las plazas y en las calles, esperando una respuesta. Una respuesta que no debe traducirse en una victoria o en una derrota. Para que se preserva la institucionalidad, la paz social y el consenso. Obviamente el consenso no está presente. Está el país partido, esta es la verdad. Están todos, nuestros hijos. Están todos preocupados. A mí me han tocado momentos difíciles en la vida. Cuando tenía 23 años se le ocurrió a dos presidentes de facto llevar al país casi a una guerra por el conflicto en el Beagle. Estaba en la universidad y me vi envuelto casi en ese conflicto. Podía haber sido catastrófico para argentina y para Chile. No podía entender por qué estaba ahí. Después sucedieron muchas cosas en mi vida. Eso me marcó a fuego. La historia me hizo gobernar una provincia importante, Mendoza. Hoy debe ser el día más difícil de mi vida, junto con aquellos momentos que viví en la juventud. No sé por qué el destino me pone en esta situación. Obviamente para un hombre de carne y hueso, con sentimientos y emociones como todos ustedes, hace que uno se genere contradicciones. Es así.
No es la situación que se vivió en el 2001, donde la gente pedía que el Gobierno se fuera porque no había cumplido las expectativas. Por eso cuando asumió el Presidente de ese entonces después de una transición traumática, todos comenzamos a recuperar la esperanza y todos apostamos a consolidar el crecimiento, a consolidar el esfuerzo, el sacrificio. Así poco a poco comenzamos a recuperar un gran país, el que tenemos, el que fue fruto del trabajo de muchos inmigrantes, mis abuelos. Mi abuelo cosechaba. Salía con la casilla y demoraba 15 días para volver, porque trabajaba en el campo. Otros, empleados del ferrocarril. Todos supieron construir metas colectivas. Diferentes razas, religiones, son las ventajas que tiene nuestro país, que no tiene ningún otro. Que no haya diferencias raciales y religiosas. Parece que nos cuesta ponernos de acuerdo. Nos cuesta entenderlo. Por eso cuando veíamos que este país crecía, este país se alejaba de cualquier riesgo como el que vivimos en el 2001, un grupo de hombres y mujeres, a lo mejor de distintos partidos, creímos en esto que llamamos la Concertación. A algunos nos costó y mucho, la expulsión de un partido en el cual milité. Pero lo hicimos convencidos que teníamos que aportar entre todos. A sortear las diferencias. Había crisis en los partidos políticos. Habían perdido esa representatividad.
Hay hombres del oficialismo que están pensando distinto. Hay hombres de la oposición que también piensan distinto. Estoy seguro que lo que está esperando la ciudadanía, el campo, el gobierno, la gente, nuestros hijos, todos es de aquí salga una solución consensuada. Una solución en la cual esta excepcionalidad que me da la Constitución tenga que el vicepresidente de la nación tenga que traer la solución que no todos están esperando. Y créanme que está en mí el mejor de los anhelos como para que el gobierno que encabeza la Presidenta de los argentinos sea el mejor de todos, pero ella delegó en el Congreso la solución de este conflicto. Se avanzó bastante en la Cámara de Diputados y se llega hoy aquí para que de alguna manera hayan realizado su aporte, definan quienes representan a las provincias argentinas.
En esta circunstancia y en estos días que hemos vivido, yo puse ahí como ejemplo algunas cosas que se lograron con el consenso, con los acuerdos. Por eso fue la idea mía de convocar a los gobernadores. Así avanzamos en leyes importante que permitieron resolver temas importantes.
Yo se que formo parte de este Gobierno. Que vengo de otro sector, de otro espacio político. Que por ahí me permite disentir de algunas cosas. Esto es pluralidad. Actuar en base a mis convicciones. Por eso he hecho todo lo posible, a veces anticipadamente y con críticas, lo entiendo. Pero sabía que este tema debía llegar lo más consensuado posible. Obviamente no llegó así, da cuenta de ello este resultado.
La ciudadanía no está esperando que desempate el presidente del Senado. Lo que está esperando, a mi humilde entender, es que de acá salga algo consensuado. Y yo sé que está en el ánimo de todos ustedes aportar a este consenso. Ha habido varios proyectos. Y ninguno termina de convencer porque no se ha podido unificar en las comisiones, a pesar de haber recibido a distintos actores. Yo sé que uno tiene una responsabilidad institucional en estos momentos. Sé que tengo que, con mi palabra o con decisión de ustedes, tengo que aportar para fortalecer a un gobierno, para encontrar una solución y dar tranquilidad a todos los argentinos que quieren vivir en paz. Porque sabemos que las cosas están bien. Y que este tema ha generado esta división resulta inexplicable, inentendible, como a muchos argentinos.
Yo les quiero hacer un pedido. Quiero que evalúen la posibilidad de un cuarto intermedio para encontrar una solución que espera la ciudadanía sin mezquindades de ningún sector, porque el país está mirándonos. En el sector del oficialismo ha habido mucha gente que ha pensado distinto. No por ellos tiene que ser un impedimento para entendernos. Los representantes de las provincias están divididos. Yo les pido al bloque del oficialismo que evalúe esta posibilidad. Y a los sectores de la oposición la responsabilidad que hoy nos demanda la historia, las circunstancias. El país nos está pidiendo que nos pongamos de acuerdo. Y quizás necesitamos más tiempo para alcanzar el consenso. Que dé la respuesta que el pueblo argentino está esperando. Se lo pido en nombre de muchos argentinos que, creo, están esperando el mayor acuerdo posible para terminar este conflicto y para mirar hacia adelante.
Yo tengo que acompañar por la institucionalidad, por el riesgo que esto implica. Mi corazón dice otra cosa y no creo que esto sea el motivo para poner en riesgo el país, la gobernabilidad, la paz social. Quiero seguir siendo el vicepresidente de todos los argentinos, el compañero de fórmula hasta 2011 con la actual presidenta de los argentinos. Vuelvo a decir que es uno de los momentos más difíciles de mi vida. No percibo ningún interés. Estoy expresando lo que mis convicciones, sentimientos empujan a la decisión. Yo creo que la presidenta de los argentinos me va a entender. No creo que no sirva una ley que no es solución a este conflicto. La historia me juzgará no sé cómo. Pero espero que esto se entienda. Soy un hombre de familia como todos ustedes, con una responsabilidad en este caso. No puedo acompañar. Y esto no significa que estoy traicionando a nadie. Estoy actuando en forma a mis convicciones. Yo le pido a la presidenta de los argentinos que tiene la oportunidad de enviar un nuevo proyecto que contemple todos lo que se ha dicho, todos los aportes que se han brindado, gente afuera y aquí mismo. Que la historia me juzgue. Pido perdón si me equivoco. Mi voto no es positivo."
No es la situación que se vivió en el 2001, donde la gente pedía que el Gobierno se fuera porque no había cumplido las expectativas. Por eso cuando asumió el Presidente de ese entonces después de una transición traumática, todos comenzamos a recuperar la esperanza y todos apostamos a consolidar el crecimiento, a consolidar el esfuerzo, el sacrificio. Así poco a poco comenzamos a recuperar un gran país, el que tenemos, el que fue fruto del trabajo de muchos inmigrantes, mis abuelos. Mi abuelo cosechaba. Salía con la casilla y demoraba 15 días para volver, porque trabajaba en el campo. Otros, empleados del ferrocarril. Todos supieron construir metas colectivas. Diferentes razas, religiones, son las ventajas que tiene nuestro país, que no tiene ningún otro. Que no haya diferencias raciales y religiosas. Parece que nos cuesta ponernos de acuerdo. Nos cuesta entenderlo. Por eso cuando veíamos que este país crecía, este país se alejaba de cualquier riesgo como el que vivimos en el 2001, un grupo de hombres y mujeres, a lo mejor de distintos partidos, creímos en esto que llamamos la Concertación. A algunos nos costó y mucho, la expulsión de un partido en el cual milité. Pero lo hicimos convencidos que teníamos que aportar entre todos. A sortear las diferencias. Había crisis en los partidos políticos. Habían perdido esa representatividad.
Hay hombres del oficialismo que están pensando distinto. Hay hombres de la oposición que también piensan distinto. Estoy seguro que lo que está esperando la ciudadanía, el campo, el gobierno, la gente, nuestros hijos, todos es de aquí salga una solución consensuada. Una solución en la cual esta excepcionalidad que me da la Constitución tenga que el vicepresidente de la nación tenga que traer la solución que no todos están esperando. Y créanme que está en mí el mejor de los anhelos como para que el gobierno que encabeza la Presidenta de los argentinos sea el mejor de todos, pero ella delegó en el Congreso la solución de este conflicto. Se avanzó bastante en la Cámara de Diputados y se llega hoy aquí para que de alguna manera hayan realizado su aporte, definan quienes representan a las provincias argentinas.
En esta circunstancia y en estos días que hemos vivido, yo puse ahí como ejemplo algunas cosas que se lograron con el consenso, con los acuerdos. Por eso fue la idea mía de convocar a los gobernadores. Así avanzamos en leyes importante que permitieron resolver temas importantes.
Yo se que formo parte de este Gobierno. Que vengo de otro sector, de otro espacio político. Que por ahí me permite disentir de algunas cosas. Esto es pluralidad. Actuar en base a mis convicciones. Por eso he hecho todo lo posible, a veces anticipadamente y con críticas, lo entiendo. Pero sabía que este tema debía llegar lo más consensuado posible. Obviamente no llegó así, da cuenta de ello este resultado.
La ciudadanía no está esperando que desempate el presidente del Senado. Lo que está esperando, a mi humilde entender, es que de acá salga algo consensuado. Y yo sé que está en el ánimo de todos ustedes aportar a este consenso. Ha habido varios proyectos. Y ninguno termina de convencer porque no se ha podido unificar en las comisiones, a pesar de haber recibido a distintos actores. Yo sé que uno tiene una responsabilidad institucional en estos momentos. Sé que tengo que, con mi palabra o con decisión de ustedes, tengo que aportar para fortalecer a un gobierno, para encontrar una solución y dar tranquilidad a todos los argentinos que quieren vivir en paz. Porque sabemos que las cosas están bien. Y que este tema ha generado esta división resulta inexplicable, inentendible, como a muchos argentinos.
Yo les quiero hacer un pedido. Quiero que evalúen la posibilidad de un cuarto intermedio para encontrar una solución que espera la ciudadanía sin mezquindades de ningún sector, porque el país está mirándonos. En el sector del oficialismo ha habido mucha gente que ha pensado distinto. No por ellos tiene que ser un impedimento para entendernos. Los representantes de las provincias están divididos. Yo les pido al bloque del oficialismo que evalúe esta posibilidad. Y a los sectores de la oposición la responsabilidad que hoy nos demanda la historia, las circunstancias. El país nos está pidiendo que nos pongamos de acuerdo. Y quizás necesitamos más tiempo para alcanzar el consenso. Que dé la respuesta que el pueblo argentino está esperando. Se lo pido en nombre de muchos argentinos que, creo, están esperando el mayor acuerdo posible para terminar este conflicto y para mirar hacia adelante.
Yo tengo que acompañar por la institucionalidad, por el riesgo que esto implica. Mi corazón dice otra cosa y no creo que esto sea el motivo para poner en riesgo el país, la gobernabilidad, la paz social. Quiero seguir siendo el vicepresidente de todos los argentinos, el compañero de fórmula hasta 2011 con la actual presidenta de los argentinos. Vuelvo a decir que es uno de los momentos más difíciles de mi vida. No percibo ningún interés. Estoy expresando lo que mis convicciones, sentimientos empujan a la decisión. Yo creo que la presidenta de los argentinos me va a entender. No creo que no sirva una ley que no es solución a este conflicto. La historia me juzgará no sé cómo. Pero espero que esto se entienda. Soy un hombre de familia como todos ustedes, con una responsabilidad en este caso. No puedo acompañar. Y esto no significa que estoy traicionando a nadie. Estoy actuando en forma a mis convicciones. Yo le pido a la presidenta de los argentinos que tiene la oportunidad de enviar un nuevo proyecto que contemple todos lo que se ha dicho, todos los aportes que se han brindado, gente afuera y aquí mismo. Que la historia me juzgue. Pido perdón si me equivoco. Mi voto no es positivo."
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