Escribe Maximo Daga, Lic. en Comercio Internacional
La idea de este análisis es dar una breve opinión sobre la principal actividad de la provincia en momentos de la asunción de un nuevo gobierno, sin basarse en estadísticas, números ó porcentajes, pero escrita con total independencia, al no tener ninguna vinculación con las autoridades provinciales, con productores ó empresas del sector.
La idea de este análisis es dar una breve opinión sobre la principal actividad de la provincia en momentos de la asunción de un nuevo gobierno, sin basarse en estadísticas, números ó porcentajes, pero escrita con total independencia, al no tener ninguna vinculación con las autoridades provinciales, con productores ó empresas del sector.
Existía y sigue habiendo mucha expectativa con el nuevo gobernador de la Provincia de Río Negro, ya que cualquier cambio de color político luego de tantos años de mandato de otro, trae una bocanada de aire fresco.
¿Pero alguien creía que desde la asunción del gobierno de Soria al 6, 7 u 8 de enero (inicio aproximado de la cosecha Williams) iba a haber grandes anuncios para el sector frutícola? Es imposible que un gobierno provincial en 25 días logre un cambio tan importante en esta actividad productiva. Sus prioridades inmediatas pasan por otro lado, conseguir el auxilio financiero para el pago de los sueldos de diciembre, aguinaldos, bajar el déficit mensual, terminar de designar el equipo de trabajo, entre otros puntos salientes.
Las medidas a aplicar en la fruticultura son en su gran mayoría competentes al gobierno nacional y suponen de parte de nuestros funcionarios provinciales un largo camino de recorrer pasillos de Buenos Aires, reuniones en ministerios y despachos, presentar múltiples informes, etc.
Como todo el mundo sabe, la fruticultura regional no es competitiva con este tipo de cambio, con los actuales índices de inflación, que conllevan a constantes subas de salarios, insumos y materias primas. En el contexto internacional estas subas no se las podemos volcar a nuestros compradores, porque, salvo contadas excepciones no existen cambios bruscos en los precios, sino que son bastantes estables a la largo de los años. Sí, en esta ocasión, le tenemos que sumar la incertidumbre mundial actual, y la crisis en ciertos mercados, principalmente en el principal comprador de nuestra producción como es el Europeo.
Es real que el tipo de cambio de hoy no favorece a esta actividad, pero por el momento, se supone que la idea del gobierno nacional es mantenerlo en esos valores por un tiempo, y no tiene intenciones de aplicar distintos tipos de cambio para cada una de las actividades productivas, o pagar un dólar diferenciado para la exportación de frutas.
Ante esta situación, hay que buscar otro tipo de medidas, como ser:
- Eliminación de los derechos de exportación. Las mal llamada retenciones. En la actualidad son de un 5%.
- La vuelta de los reembolsos a las exportaciones por puertos patagónicos (En San Antonio y Madryn quedaron en 0% desde el año 2007)
- Baja de aportes y contribuciones patronales. Algo similar a lo que hizo Dilma Rousseff a poco de asumir, para las industrias y economías regionales con mano de obra intensiva, que no podían ser competitivas con los índices de inflación y el tipo de cambio que tenía Brasil.
- Aumento de los reintegros a la exportación de peras y manzanas.
Por supuesto que estas medidas van a favorecer en el corto y mediano plazo de manera más directa a los dueños de galpones de empaque y a los exportadores, pero hay que buscar el mecanismo para que esos beneficios también lleguen a los productores.
También se podrían aplicar otras medidas adicionales, como gas-oil diferencial para la producción frutícola, negociar a través de cancillería para lograr reducción de aranceles a la importación en los mercados de destino ó reconversión productiva entre otras acciones. Pero estos puntos lo dejaremos para otra oportunidad, ya que no es el motivo de este análisis.
Los puntos que se pueden aplicar de forma más rápida son las primeros cuatro, siempre y cuando haya voluntad política del gobierno nacional. Las primeras dos medidas fueron nombradas en ciertos momentos por el Senador Pichetto.
Ahora bien, para lograr algunos de estos beneficios se necesitan, insistencia, meses de trabajo y de golpear puertas.
Por eso el título de este artículo, que dada la reciente asunción del gobierno provincial, sus prioridades antes mencionadas, y las del gobierno nacional que no tienen a la fruticultura entre las suyas, aunque le duela a mucha gente, la fruticultura deberá esperar que las negociaciones sean exitosas en el 2012, para poder aplicar los logros obtenidos y ver sus frutos en el 2013.
Espero equivocarme, y que se logre antes.
Gracias a Juan Pablo Serra por brindarme su blog.
Lic. Maximo Daga.
maxidaga@hotmail.com
twitter.com/maxidaga
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