¿Cuánta plata entra en una caja de seguridad?

La noticia periodística-judicial dice que Lázaro Baez tiene 14 cajas de seguridad. Si bien podrían tener papeles, joyas, y cualquier tipo de documentación, la pregunta obvia es ¿Cuánta plata entra en una caja de seguridad?

Primero tenemos que ver el  tamaño de una caja de seguridad, tomamos como referencia la caja chica, mediana y grande, de las cinco alternativas que ofrece el mercado.

Las dimensiones de las mismas son:

  • Chica 10 x 15 x 50 con un volumen de 7.500 cm3
  • Mediana 15 x 30 x 50 con un volumen de 22.500 cm3
  • Grande 30 x 60 x 50 con un volumen de 90.000 cm3

Los billetes normalmente se agrupan en fajos, un fajo de dólares tiene un valor de 10.000 (100 billetes de 100 dólares) y un fajo de Euros representa 50.000 (100 billetes de 500 euros).
El volumen de un fajo de dólares es de 108,3 cm3 (6,5 x 5,5 x 1,07).  El Euro es un poco más grande y las dimensiones del fajo de 500 es 8,2 x 16 x 1 cm. y su volumen 131,2 cm3

O sea que en 108,3 cm3 podés tenér USD 10.000 y en 131,2 cm3 EUR 50.000.

Haciendo operaciones básicas. En una caja chica podés meter 69 fajos de dólares, supongamos que no calzan perfecto y que un 25% del espacio queda vacio. Metés seguro 50 fajos, medio millón de dólares. En una mediana 150 fajos, un millón y medio de dólares y en una grande entre 600 y 800 fajos, o sea de seis a ocho millones.

Si nos vamos a la moneda europea encontramos que podemos guardar más de 40 fajos en una caja chica, o sea 2 millones de euros. En la mediana entran más de 130 fajos, seis millones y medio de euros y en una caja grande entran más de 25 millones de euros, 500 fajos.

¿Multiplicamos por 14?

Suponiendo que hablamos de cajas chicas y de dólares, en 14 cajas de seguridad podés guardar siete millones de dólares. Si nos vamos al otro extremo (cajas grandes y euros) podés tener 360 millones de euros (equivalen a 468 millones de dólares) seguramente guardados.

¿Y si son pesos?

Si, pesos, jajajajaja.

La década ganada (en solo tres años)

El 25 de mayo de 2003 asumió Néstor Kirchner. Duhalde estaba desgastado y casi no tuvo más alternativas que llamar a elecciones y finalizar su gobierno semi-constitucional después de la masacre del Puente Pueyrredón. El santacruceño fue el continuador de la reactivación económica. Mantuvo a Roberto Lavagna como ministro de economía, y consolidó el modelo de crecimiento. Canjeó la deuda en default con una importante quita.

El año 2006 había empezado con un contundente pago total de la deuda con el FMI de 9530 millones de dólares. El mismo se hizo con más de un tercio de las reservas totales que el país tenía ese primer día hábil del año.
Para fines de septiembre ya se habían recuperado todos y cada uno de los dólares girados al organismo, y hasta fin de año se acumularon 4000 millones de dólares más.

Kirchner cumplió tres años en el poder hace ya siete años. La inflación era de un dígito, el desempleo bajaba y crecíamos a tasas chinas. Había autoabastecimiento energético y quedaba capacidad instalada ociosa. El dólar oscilaba alrededor de los tres pesos y cada dólar de las reservas internacionales del Banco Central garantizaba dos pesos circulantes, por lo que no había ningún riesgo de corrida cambiaria. Los dólares eran caros, sí, pero se podía comprar y vender tantos como quisieras. Las economías regionales exportadoras eran pujantes y tanto los trabajadores como los empresarios tenían considerables incrementos en su ingreso real. Las importaciones no estaban restringidas, pero eran caras, por el alto precio del dólar.  
Durante ese 2006, el Central compró un promedio de 56,5 millones de dólares al día.

El santacruceño era un ortodoxo (o muy prudente), sabía que las reservas habían generado una enorme crisis en Argentina en el año 2001, cuándo en los últimos meses del año la fuga de capitales se tornó incontenible (los dólares se iban del país y por la Ley de Convertibilidad, cada dólar que se iba era un peso menos que circulaba en la economía doméstica. El corralito fue una intervención del último momento que solo evitó que quiebren los bancos y que las reservas lleguen a niveles aún más bajos y más dramáticos).
Por eso el modelo económico de los primeros años del kirchnerismo sostenido en tres pilares: el tipo de cambio alto, el superávit comercial (consecuencia directa del primero) y el superávit de las cuentas públicas.

¿Qué pasó después?

En 2007 empezó el verdadero mal de la economía, la inflación. Algunos afirman que es inflación importada, por el salto que dio el precio de la soja en los mercados mundiales.
En 2008 se anunció el pago al Club de París, fallido por el inicio de la crisis internacional y se estatizaron las AFJP (meses después de que la enorme mayoría de los aportantes había decidido quedarse en las mismas) y Aerolíneas.
A fines de 2009 se creó el Fondo del Bicentenario, que permitía disponer de más 6500 millones de dólares de reservas para pagar deuda.
En 2011 se perdió el autoabastecimiento energético y se restringió el acceso a las divisas. También por primera vez desde 2004 las reservas no alcanzaban a respaldar la base monetaria (al tipo de cambio oficial). Si bien la economía todavía crecía a ritmo de “tasas chinas”, el crecimiento del gasto público era mucho mayor y el desfinanciamiento del estado se iba haciendo realidad.
En 2012 se expropió YPF, se restringieron las importaciones y se cerró el mercado de dólares. En 2013 se congelan los precios de los supermercados y combustibles para controlar la inflación.

Hoy tenemos un país con un crecimiento cercano al 2%, inflación por encima de 25% y desempleo subiendo (ya roza el 8%). Por cada dólar de reservas en el Banco Central, hay casi ocho pesos circulando, mientras el tipo de cambio oficial es de $5,30. Las reservas cayeron en más de trece mil millones en menos de dos años y tenemos déficit energético (en aumento). También tenemos nostalgia, de aquellos tres primeros años gloriosos de la década ganada.


¿Por qué baja el blue?

16-5-13 Programa Perfil Roquense, Radio Show Roca FM 98.5 www.radioshowroca.com.ar facebook y twitter: radioshowroca

Lavado legal

El gobierno acaba de anunciar dos instrumentos financieros disponibles para quienes tienen dólares no declarados con el objetivo de incrementar las reservas del BCRA y de movilizar el mercado inmobiliario. No se requiere ningún tipo de justificación de origen de los fondos, tampoco se paga ningún impuesto ni multa.
Para la inversión energética se emitirá un bono en dólares con vencimiento 2016, con una tasa del 4% que paga el interés de manera semestral. Estos bonos podrán comprarse con dólares no declarados. Con el dinero recaudado mediante los bonos, el gobierno afrontará inversiones y gastos en el sector energético.
El interés que estos bonos pagará será menor que cualquiera de los bonos argentinos en dólares que hoy cotizan en el mercado. Pero el incentivo es que son útiles para quienes tengan dólares de actividades ilícitas, evasión o ahorros no justificados.
Quien esté en el gobierno en 2016 deberá devolver los dólares.

Para reactivar el sector inmobiliario y la construcción aparecerán certificados de depósitos en dólares para inversiones inmobiliarias. Quien tenga dólares sin justificar y quiera comprar un inmueble, irá al banco y depositará los billetes. El banco le otorgará un certificado endosable (una especie de cheque) nominado en dólares con el que el comprador pagará el inmueble. El vendedor irá al banco con el certificado y recibirá los dólares billete*.
¿Qué va a pasar con el blue?
Ninguno de los dos instrumentos apunta a alterar significativamente el mercado del blue.
La demanda de dólares ilegales puede aumentar ya que quienes tienen grandes ingresos en pesos sin justificar (todos los que no te dan factura) podrán justificarlos gratuitamente previo paso por el dólar.
También podría disminuir la oferta de dólares ilegales si quienes los poseen deciden blanquearlos en vez de venderlos.
No podemos asegurar que estos efectos sean importantes en este mercado.

¿Y la inflación?
Bien, gracias.

(*) La presidenta del BCRA no dijo explícitamente que recibirán dólares billetes, pero es de suponer que así será.