Desafíos económicos del próximo gobierno de Rio Negro

Publicado en RocaDigital el 29-9-11
Río Negro es quizás la provincia más desmembrada del país. Esto se manifiesta en las enormes diferencias demográficas, culturales, sociales, educativas y económicas. Un desafío para el nuevo gobierno será la interpretación de esta realidad y la planificación de las acciones a llevar a cabo para acompañar el desarrollo económico de la provincia. La fruticultura es una de las actividades más importantes, y quizás la qué más necesitada está de políticas de Estado serias. Durante muchísimos años los gobiernos provincial y nacional intervinieron sin estrategias definidas (apagando incendios) en el sector. Lamentablemente el impacto conseguido es absolutamente nulo a nivel sectorial. Deberá el nuevo gobierno definir claramente cuál será la participación del Estado provincial en el sector. Y esta participación debe exceder el concepto de fruticultura, ya que en las tierras irrigadas de los valles se realizan cada vez más actividades alternativas como horticultura, vitivinicultura, forrajes, frutas finas, olivicultura y otras. Hay que abandonar el paradigma del monocultivo de frutas de pepita. El rol del Estado debería enfocarse en todas aquellas actividades que le son imposibles a los actores del sector, disminución de trabas burocráticas, apertura de nuevos mercados, asistencia técnica, obras de infraestructura y marco regulatorio. Siempre teniendo en cuenta el interés del sector y no los intereses particulares. Lamentablemente no es el gobierno el que puede transformar en rentable un negocio que no lo es, a pesar de que el reclamo sostenido del sector es la falta de rentabilidad. El análisis deberá empezar de cero. Un segundo eje económico muy importante en la provincia es la actividad de la construcción. La misma está motorizada principalmente por la obra pública. En estos últimos años las provincias y los municipios no cuentan con los recursos propios para financiar las obras necesarias, y su rol ha mutado a ser gestores frente al Estado nacional y organismos de financiamiento internacionales. Tanto la actual administración provincial como la del municipio de General Roca se han destacado en este aspecto y han sabido conseguir importantes fondos para realizar obras y mantener en un buen nivel la actividad de la construcción y el elevado nivel de ocupación que esta industria (y todas las relacionadas) genera. Aún hay muchísimas obras por realizar. En la provincia hay déficit de viviendas, de escuelas de jornada extendida, de pavimento de calles y rutas, obras de riego, infraestructura eléctrica, de gas y demás. Es de esperar que la actividad de la construcción se mantenga a buen ritmo. Más controvertidas son las actividades de los sectores minero e hidrocarburífero. Se habló de la creación de una empresa petrolera estatal (aunque ya existe una), lo cual genera más dudas que entusiasmo. Más efectivo sería que el Estado provincial asuma con responsabilidad el rol de contralor, de manera transparente y responsable, de las empresas que operan en la provincia, para que la actividad siga con los buenos indicadores de producción que tiene. Con respecto a los proyectos mineros, no debemos olvidar que nuestra Constitución Provincial es una de las que más énfasis ponen en la protección del ambiente (hasta en el preámbulo) por lo que los megaproyectos de explotación minera deberían ser acordados por toda la ciudadanía y no solo por el gobierno. El banco provincial es otro de los proyectos que muchas veces se menciona como promesa política. Obviamente no es algo realizable en el corto plazo, y la experiencia en ese sentido en nuestra provincia y en muchas otras no ha sido nada buena. Sin embargo se pueden realizar acuerdos beneficiosos con los bancos existentes para ofrecer financiamiento productivo a los sectores que lo necesiten. Párrafo aparte merece la discusión de cómo vamos a aprovechar los enormes avances tecnológicos y el alza de precios que se manifiestan en la agricultura con fines alimentarios. Si es con chinos o sin chinos. Lo que no debe discutirse es que es absolutamente necesario ampliar las capacidades productivas reales de la provincia, que cada vez están más lejanas de su potencial. Es entendible que las prioridades de la nueva administración pasen por lo financiero (sueldos, ingresos, deuda, etc.) pero será el acompañamiento a las actividades económicas lo que generará el salto cualitativo en la calidad de vida de los rionegrinos.

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