24 de marzo vs 30 de octubre


Es cierto que conocer la historia realmente ayuda a que aquellos hechos negativos que en el pasado nos aquejaron no vuelvan a repetirse.
Este es el argumento principal que se esgrime cada vez que nos acercamos al 24 de marzo; se habla de memoria, de "ni olvido ni perdón" y obviamente de que jamás volvamos a vivir algo similar a ese fatídico período de nuestra historia que, vale la acotación, empezó varios meses antes de la caída del gobierno de Isabel Perón.
Considero que la consolidación de la democracia es mucho mejor argumento para que nunca más ocurran esta clase de horrendos episodios en nuestra historia futura.
División de poderes, instituciones democráticas respetadas y estado de derecho, son valores que por si mismos garantizan la no ocurrencia de sobresaltos o interrupciones a la democracia.
Sin embargo este no parece ser un valor para el actual gobierno, que se queda en lo negativo de lo ocurrido en el pasado conmemorando el 24 de marzo y no en lo positivo del 30 de octubre (o quizás el 10 de diciembre) de 1983 cuándo volvimos a vivir en democracia y cerramos definitivamente ese oscuro período y ganamos la batalla.
Es consciente esta gente que nos gobierna de que no tienen argumentos sólidos ni mucho menos hechos concretos que manifiesten su intención de consolidar nuestra endeble democracia, es probable que les de vergüenza ser justamente acusados de hipócritas si intentan pública e institucionalmente defender los valores democráticos, en cambio les es mucho más fácil y mucho más cómodo levantar las viejas banderas del pasado.
Los que estamos vivos, los que construimos el futuro, los que intentamos darle forma a una sociedad mejor también tenemos el humano derecho a vivir en una verdadera democracia.

El concepto y la inspiración se los debo al comentario de Rocío (amiga socialista) en la entrada "Crónica de las elecciones del domingo 28" y al chat de esta mañana.
Publicada en el diario Río Negro el 24 de marzo de 2008.

1 comentario:

rocio dijo...

A LOS "K-FERNANDEZ"

Sra. Presidenta de mi patria:

Tomo por seguro que, siendo la primera mandataria de una Republica, celebrará que haga uso de mi libertad de expresión.

Como me entristece el cinismo, amen de simple y breve, seré franca: soy socialista. Por lo tanto pienso, esencialmente, que un rasgo de virtuosismo práctico, útil, hasta económico, es que los que más tengan, más aporten al erario público, el bolsillo de todos. Los impuestos, como las oportunidades y las retenciones, deben ser progresivos. Usted también lo sabe. El hecho de que, aún sabiéndolo, haya decidido comenzar de la manera opuesta, justifica, cristalinamente, que no podamos compartir ni lista electoral ni programa de gobierno.

El manejo discrecional de esos recursos (que, por su origen, debieran volver a las provincias), justifica el halo de desconfianza que envuelve a su gestión. Su gestión hipertrofia de hegemonísmo político y centralismo económico.

Otra vez los falsos clivajes, el juego perverso de las antinomias. Mis familiares y los de mis vecinos en una tabla de ajedrez. Una marcha hacia la estupidez: "peronchos vs. gorilas", "ellos o nosotros". La peste otra vez. Más fragmentación en el tejido social, más soledades. Más división y olvido para la cuestión nacional.

Sra. Presidenta: Si no es ahora, ¿Cuándo la redistribución de la riqueza? Todo me señala que pobres y ricos, incluidos y marginados, siguen siendo los mismos. Como buena parte de su gabinete..."(excepto al vice jefe, quién tiempo atrás sufrió un confuso acto de violencia"

Con sus palabras, usted ha revuelto el río, y los pescadores son de afuera. Y quienes tienen dientes para pescar adentro, son los mismos de siempre: los que respaldaron golpes de estado, la entrega del patrimonio nacional, el palo a las protestas, la estigmatización del pobre de recursos económicos (a pesar de todo, celebro en la naturaleza humana un montón de riquezas). Votos de Menem y en parte de Macri.

Los que pelean en rutas y plazas esta noche, son casi todos, en mayor o menor medida, pobres, muy pobres. Pobres de luces, de argumentos, de autonomía. Aunque se han notado paisanos ricos en temperamento también.

Nos advertía un sabio que "las sociedades humanas quieren una convocatoria para canalizar su ideal, su utopía, su pasión". Esta pasión, está claro que aún existe y que si no la canaliza un estado republicano, la canaliza cualquier populista voraz, para el que serán las sociedades masa de maniobras en sus manos. Pero, ¿hasta cuándo la zoncera de perseguir líderes?

Cada movimiento de reacción espontánea, cae por su propio peso: se desvanece en el aire. Ya que es común hacer de cuenta que la historia empezó en el 2001, recuerden aquellos otros sismos televisados, la banda sonora procuraba estremecer: "piquete y cacerola…la lucha es una sola". No vamos a discutir si fueron o no los mismos de siempre, lo cierto es que hubo, de nuevo, olvido. También defección.

Esta noche piquetes y cacerolas se toreaban en la plaza y más aún en el monumento nacional a la Bandera. Había, como en la transversalidad, amigos y enemigos en todas partes.

Guerra entre pobres de toda pobreza. Bichos en un frasco. La historia se balea en un rincón.

Tiene usted razón cuando sostiene que entre los "piqueteros de la abundancia", consideración tan desafortunada, se encuentran oportunistas, desestabilizadores, acorazados de las oligarquías terratenientes, siempre socios de los intereses foráneos. Martínpescadores a los que me refiriera más arriba. Como cierto es que usted, por apremiante impericia política, les dio todo el aire que necesitaban para su juego. Pensar que serán los que, mañana, compraran a los pequeños productores a los que usted, hoy, usted asfixia y entrega.

¿Y los medios de comunicación? (Salvo el canal Encuentro, la única obra de gobierno brillante de los últimos veinte años) Y…en pascuas establecieron, casi al unísono, un conteo de muertos actualizado al minuto. Cómplices cínicos. Siniestros. Asesinos del condicionamiento clásico, bestias con pelos, en el mejor de los casos. Sin embargo, eso no es tan triste como que mi presidenta, que se dice progresista, sea tan soberbia como bruta. Hoy empujó a los argentinos a una noche desgraciada e irreversible en el corto plazo.

La violencia otra vez. Pareciera olvidar que la nostalgia por los 70` no es solo de izquierda. La violencia no tiene bandera y la violencia política es el peor de los males. Y siempre pagan los más pobres, quienes más necesitan de la política como herramienta liberadora de todo su potencial humano.

Sra. Presidenta: ni su gestión ni la de su marido han producido cambio sustancial alguno en el sistema económico del que, abjuran en público, pero gracias al cual se empachan en privado.

¿Cuáles son las retenciones que se le aplican a las exportaciones de la Pesca, que duplican a las de la carne? ¿Y a la minería, que hasta se les paga por llevarse las riquezas de nuestro suelo?

En su discurso ha hecho referencia al aumento en el valor de la hectárea de campo. ¿Qué milagro santacruceño hará que en El Calafate se venda tan barato?

Descuento que de dialéctica usted solo aplica la que le conviene personalísimamente. Pero van quedando cada vez menos dudas que de Nacional y Popular, a usted ya no le quedan ni las arengas.

Disculpe la simpleza de mis planteos. No hay tiempo para el sofismo que usted tan afectadamente práctica.

Por el tenor, los modos y el producto de su discurso, pienso que usted tendría que renunciar rápidamente para no continuar socavando la autoridad presidencial. Nos devolvió, a boca de jarro, a la noche triste de nuestra historia.

Admito que semejante gesto de dignidad jamás caerá de su cartera. Entonces, que la memoria nos salve.

Rocío (inspiración de un periodista y compañero)