La historia del blue.

Durante la convertibilidad (91-01) se compraban dólares a un peso. Se aceptaban casi indistintamente ambas monedas y a veces cuándo pagabas con 100 de daban de vuelto billetes de pesos y dólares. A fines de 2001, debido a la recesión y al consecuente riesgo de colapso, la gente empezó a tener una notoria preferencia por los billetes verdes. Vinieron días de corralito, feriados bancarios, default y seis meses más tarde la paridad era de 4 a 1. El peso había caído a un cuarto de su valor. O sea, el dólar estaba carísimo. No era mucha la gente que compraba dólares, porque eran percibidos como muy caros. Los precios no habían aumentado cuatro veces, entonces era mucho más barato comprar bienes que comprar dólares. Sin embargo, si querías comprar dólares tenías las dos ventanillas, la del dólar oficial, con recibo de bancos y/o casas de cambio autorizadas por el central; y la del dólar blue, sin ningún tipo de comprobante. Los precios del blanco y el blue eran muy similares, a veces había diferencias de centavos a favor de uno u otro. Las empresas compraban el blanco porque necesitaban el comprobante, pero para los ahorristas o viajeros comunes (consumidores finales) era indistinto. Sí, lo mismo que en un restaurante.

A partir de 2008, pero acentuado en 2011, AFIP comenzó a controlar que la compra de dólares blancos sea consistente con la situación impositiva del comprador. Es decir, recibían apercibimientos, notificaciones y hasta suspensión de CUIT, quienes comprabas más dólares que lo que sus ingresos declarados permitían. Estas personas, se volcaron al mercado del dólar blue (llamado así porque no era en blanco, pero tampoco exactamente negro, ya que no había control de cambios). El aumento de demanda del dólar blue hizo que empezara a aparecer la brecha, es decir la diferencia entre el dólar oficial y el blue. Esta brecha rara vez fue mayor al 5%, que si bien no parece muy importante, brindaba oportunidades de comprar blanco, vender blue y hacer una diferencia. Así aparecieron “los coleros”, personas no inscriptas en AFIP que con su DNI compraban dólares oficiales para terceros a cambio de una comisión. Esos dólares fondeaban el mercado blue. Gracias al arbitraje ejercido por los coleros, la brecha no crecía.

El problema surgió en 2011, cuándo la gente comenzó a percibir que el precio del dólar había crecido menos que la inflación. Los bienes estaban caros y los dólares baratos. Aumentó la demanda de dólares, y empezaron a deteriorarse las reservas del Banco Central, por esta razón el gobierno decidió profundizar los controles días después de la reelección de Cristina Fernández. Apareció el primer cepo. La única manera de comprar dólares blancos era con autorización previa de AFIP. Y AFIP autorizaba solo a inscriptos cuyos ingresos y gastos registrados tuvieses suficiente margen para atesorar dólares. Durante 2012 y 2013 el cepo se fue endureciendo, solamente se podían comprar dólares oficiales para operaciones de comercio exterior y pago de deudas en esa moneda. Viajeros y ahorristas tenían que recurrir si o si al dólar blue, que tuvo una escalada impresionante, especialmente en los últimos días.

A partir de mañana se podrán comprar dólares oficiales para tenencia y ahorro. Deberá ser con previa autorización de AFIP y del nivel de restricciones que tenga esa autorización dependerá el futuro del dólar, del oficial, del blue y de la brecha.


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